El abierto británico sobre césped se instaló en la discusión mediática cuando sus autoridades, presionadas por el Gobierno de Boris Johnson, impusieron esa sanción como efecto de la invasión de Rusia en Ucrania. En protesta a la decisión, la Asociación de Tenistas Profesionales anunció que esta edición de Wimbledon no entregará puntos para el ranking.